viernes, 3 de septiembre de 2010

Eres mi mejor amiga, pero te odio.

Si nos detenemos a leer el título, a primera vista no tiene sentido. ¿Cómo alguien que se hace llamar "tu mejor amiga" podría odiarte?,pero lo cierto es que desde que el mundo es mundo, siempre han existido los hipócritas. Ahí tienes a Judas Iscariote, ese mismo, el que vendió a Cristo por treinta siclos de plata.

Levanta la mano tú, mujer, si en el transcurso de tu vida no has tenido una amiga tóxica,  a la que parece molestarle tus triunfos y suele con frecuencia  alegrarse con tus derrotas. Que siempre te busca en sus peores momentos y de todo el tiempo que comparten, la palabra YO no deja de salir de sus labios. En principio, podría catalogarse como egoísmo pero la cuestión pasa de castaño a oscuro al encontrarte con una  "amiga"que envidia tus cosas, que te mete en problemas, que habla de ti a tus espaldas y hasta le coquetea a tu novio.



Sí, he visto de cerca éstas situaciones; he visto como mujeres cegadas, confían infinitamente en "sus mejores amigas" esas que las apartan de las personas que de verdad se preocupan por ellas. Aún así, no las culpo, porque uno no se espera que "su mejor amiga" se quiera tirar a nuestro novio. 

Detectar una amiga tóxica, es cuestión de olfato, (no, no es simplemente olerla y descubrirle el hedor a zorra); es cuestión de observarla, de no dejarse llevar por las emociones, sino ser imparcial y sobretodo de preguntarse a una misma si esa persona a proporcionado cosas buenas a nuestra vida, más aún, uno debe responderse con la verdad si su cercanía no implica malestar.


Se puede ser una amiga tóxica consciente o inconscientemente, pues no siempre  estamos al tanto de serlo, sin embargo queda en nuestra conciencia revisarnos internamente y si estamos siendo unas arpías rectificar, pero si nuestros sentimientos para con nuestra amiga no son los más sinceros, es mejor alejarse, tener un poco de cordura y pensar que no nos gustaría estar en sus zapatos.

Las amistades pueden ir y venir, queda de parte de nosotros hacerlas verdaderas, certeras y perdurables. A prueba del tiempo y la distancia.