jueves, 7 de junio de 2012

Feos NO, que me enamoro.

      El ser humano se caracteriza por mantener siempre un patrón de conducta que, de alguna manera le hace pensar que es un método seguro de vivir,  repetir el patrón una y otra vez podría ser la razón por la cual la mayor parte del tiempo las relaciones interpersonales fallen.

      La mujer promedio siempre se inclinará a buscar un tipo de estos alfa, bellos y fornidos, pero inconstantes. Los hombres no menos torpes buscan a la  típica rubia buena, pero estúpida. La cuestión es que al cabo de un tiempo se verán en el mismo sitio donde comenzaron, buscando nuevamente esas características que no se adaptan a sus necesidades.



     Alguna vez salí un un tipo bello, bellísimo; no me lo podía creer de lo bello. Se parece a un famoso cantante de blues. No sé a ciencia cierta si  me gustó él, por ser él o porque se parecía físicamente a mi ideal. Aún así le eché bolas  al asunto, pero obviamente no era lo que esperaba. Pasado el tiempo planteé una teoría de que los hombres bellos son así. Es decir, no necesitan más... Se les ama por ser bellos y hay quien se conforma con eso. Para mí, un hombre debe tener un sin fin de accesorios y en resumidas cuentas ganarse el puesto y título de Amor de Mi Vida con ser y no con parecer.

      Un hombre que de verdad conquiste a una mujer no promedio, debe saber que es importante el uso del humor sin necesidad de usar el sarcasmo. Ser romántico sin empalagar, saber enseñar sin alardear y sobretodo ser sexy aún cuando sea más feo que una gandola por debajo.

      Y entonces, encontré a alguien no tan feo, pero aún así  reunía las cualidades antes mencionadas... "Te regalo esta vista al mar...(Y yo viendo el cerro lleno de ranchos a lo lejos),  al maRrrdito barrio"- Reí.  En otra oportunidad le pregunté si me quedaba bien un vestido y me respondió - " Se ve mejor encima del sofá"... y en algún momento me agradeció públicamente " gracias por decirme feo, pero sexy..." Y así descubrí que quizás no me gusten todos los feos, pero pensé que salir de la zona de confort  siempre nos dará otra perspectiva sobre nosotros mismos. Lo importante es tener claro lo que necesitamos y queremos de los demás y que estamos dispuestos a dar a cambio.