jueves, 29 de marzo de 2012

No Seré Una Cuaima Más del Sistema.

Justo al colgar el teléfono decidí escribir hoy. He pensado un poco en las reacciones propias de las féminas  con respecto al control total de las situaciones, por no decir represiones. Miro a mi abuela; quien me cuenta que hace más de 50 años ella podía saber que mi abuelo tenía otra mujer y sin embargo,  la confortaba mucho saber que era quien llevaba el apellido y el anillo de casada. No, no quiero hablarles de cachos, de celos, ni de nada de eso. Hoy escribo sobre nuestra actitud ante las relaciones.

No quiero ser una CUAIMA BÁSICA.

Querido gremio femenino, desheredenme, no quiero ser una cuaima. Nunca he sentido la necesidad de revisar el teléfono de ninguno de mis novios, razón por la cual creo que tengo una alta probabilidad de alejarme de esos métodos destructivos con los cuales deseamos organizar todo lo que nos rodea. Opino que de cierta manera nos sometemos a un régimen  extremadamente inquisitivo que nos lleva a un desgaste físico y mental y no nos permite valorar y disfrutar de todo lo positivo que hay en nuestro noviazgo/matrimonio/arrejunte, peor aún los hace añicos.

 Entonces, estoy decidida a no preguntar quien es "esa", a no aprenderme las claves de cuentas personales aunque me las diga,  bajar los brazos de la cintura y cambiar el "nada" por la explicación real y ecuánime cuando me pregunte ¿qué te pasa?". Esa mala costumbre de utilizar el chantaje con el único fin de marcar un territorio, de exigir de manera retorcida atenciones que bien podríamos pedir. Deseo más que nada disfrutar  domingos de mala televisión nacional y besos en cada semáforo en rojo. Mirarle a los ojos y tener la certeza de que hay confianza como para hablar, discutir puntos de vista y sobretodo pasar la pagina.

No sé por que es tan complicado ser mujer, ni tampoco tengo la respuesta a nuestro intrincado método de orden y respeto. Les aseguro que las más cuaimas y celosas son las peores engañadas. Sin ánimos de alegrarme, lo merecen por locas.

 Hoy, definitivamente me cayó el 20 (como diría un mexicano), de que las mujeres perdemos mucho tratando de infundir una confianza y respeto donde ni siquiera hemos sembrado. Preferiría hablar, comunicar mi malestar  y obtener  una respuesta; no necesariamente la deseada. Sí, eso es lo que deseo para mi vida... ¿Y tú? 

domingo, 11 de marzo de 2012

No salgas con músicos.


Desde que tengo uso de razón, mejor dicho, desde que tengo la capacidad de fijarme en el sexo opuesto con fines de apareamiento; mi tierna y adorable madre me repite una y otra vez  una frase que  he  escuchado alrededor de un millón de veces "No salgas con músicos"


Mi padre fue músico en su juventud. Aún hoy guarda nexos con su  musa, su verdadero amor, la música. Cuando estaba pequeña no era raro que mi padre me llevara a algún ensayo de su grupo y entre teteros y cambios de pañales olvidados, mi madre de alguna manera afianzó el trío. Aún así, cuenta con aires melancólicos que no fue fácil establecer las prioridades, le costo mucho trabajo formar una familia.Y es por eso que quizás tenga temor de que yo me enamore perdidamente de un músico. Sin embargo, tengo mis propias opiniones.


  No salgas con un músico porque no serás su prioridad. Hagas lo que hagas y tengas el escote 36-C que tengas, nunca podrás igualar a su  amor. No salgas con un músico porque sus horarios serán meramente nocturnos, su ideal de cena romántica será pizza con cervezas (oh wait, ese es mi ideal de cena romántica). No salgas con un músico si no eres sensible a la sencillez, si no eres dada a los trasnochos; porque... se le acaba de ocurrir una melodía buenísima. No salgas con un músico porque generalmente anda a pie, es pelabola y se baña una vez al día. Disfruta pasar roncha. No salgas con un músico porque su manera de probarte que eres importante es tocarte algo en vez de recordar el aniversario. No, no salgas con un músico, porque posiblemente tendrá un harem de bellezas locas por él y sufrirás  más de un desaire. No salgas con un músico, pues para él primero que todo y antes que nada, está el éxito.


Sal con un músico porque su nivel de madurez  y sensibilidad es equivalente a las de un niño de 5 años moldeando dinosaurios en plastilina II. Sal con un músico porque te tocará como toca a su guitarra o te caerá a palo como a su batería ( no sugiere violencia la comparación)... Sal con un músico porque siempre buscará la manera de que exista armonía, de que sea bello, no perfecto, bello. Sal con un músico porque la monotonía no es parte de su diccionario y porque definitivamente hay pocas cosas en la vida que den tanta satisfacción así como ver demasiada vehemencia  en un solo ser. Sal con un músico porque la música no siempre estará para él y tú, al menos lo estarás cuando desees. Ama a un músico por la noche y escápate de él al salir el sol...

   Mi madre tiene razón... Ahí está ella, tiene 27 años casada con mi papá y la "otra".  Hasta ahora he sido fiel a los consejos de mi madre... Una vez salí con un fotógrafo que ejecutaba muy bien la guitarra o quizás era un guitarrista que tomaba buenas fotos ¿?.