lunes, 22 de noviembre de 2010

Tú=Causa=Efecto

 Sí, nos quejamos a diario, del calor, de las colas, del mal olor, de las lluvias, de los huecos en la carretera, del malandro que nos quitó el Blackberry que compramos a costa de comer atún mañana, tarde y noche durante dos meses. No, éste no es uno de mis temas habituales; sin embargo, me vi en la necesidad de dejar de ser parte del problema, para ser aunque sea parte de la reflexión y que ésta, nos lleve a la tan ansiada solución.

Particularmente pienso que sí; tenemos derecho a quejarnos una y mil veces, pero a quejarnos, cuando hagamos lo propio para que no se den  las situaciones, nos podemos quejar de que se vaya la luz, cuando paguemos los recibos a tiempo y dejemos  de treparnos en un poste y conectar un cable chimbo, simplemente  por la facilidad de no pagar el servicio. Podremos quejarnos del calor, cuando no atentemos contra el medio ambiente, cuando no prendamos cauchos innecesarios por alguna protesta ridícula, cuando le bajemos el volumen a nuestros equipos de sonido, cuando no  tiremos una bolsa de plástico a la basura simplemente porque nos estorba, cuando no usemos la bocina del carro para amedrentar a otros conductores, en fin, cuando  estemos en armonía con todo lo que nos rodea. Podremos quejarnos de la delincuencia, cuando dejemos de ser partidarios de que  “por la plata baila el perro” y que con verdes se compra conciencia. Tendremos razones de sobra para quejarnos cuando dejemos de lado nuestros intereses propios, para dar paso a los intereses colectivos, como ciudadanos.




 Sí, tu dirás, pero yo Pago! y yo te respondo :Yo también! Pero hay un "gentío" que no. Personas que se creen más "VIVAS"; con esa característica propia del venezolano  de "quítate tú, pa' ponerme yo". Y aunque mundialmente seamos reconocidos como personas  trabajadoras, amables y voluntariosas; la triste realidad es ésta cara que nos mostramos entre nosotros mismos.

Se que suena idealista, pero pienso que se puede; es difícil, pero se puede. Cuando ya no pensemos que no nos importa si le pasa al prójimo, pero es injusticia si nos pasa a nosotros, el día que dejemos de lado nuestro egocentrismo y nos fijemos que sí está en nuestras manos; ese día, cada uno de nosotros, entenderá que somos causa y consecuencia de nuestros propios problemas, por nuestras malas acciones y nuestras erradas decisiones; y que un país no se levanta de la cama sólo con ponerle pañitos calientes, sino dándole inyecciones de la verdadera medicina que necesita… AMOR.

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